Radicalismo: ¿enfermedad exclusiva de los musulmanes?

El pasado jueves 16 de junio, Gran Bretaña fue impactada con la terrible noticia de que la joven diputada Jo Cox había sido asesinada cuando se encontraba en camino a un mitin en contra del Brexit.

Una de las principales disputas que ha dividido al país respecto al tema de la permanencia en la Unión Europea es la de los inmigrantes. Esta le exige a Gran Bretaña que acepte dentro de sus fronteras a un número de refugiados, provenientes de Oriente Medio, entre los que se teme, se infiltren terroristas.

Otro problema radica en que, al ser Gran Bretaña miembro de la Unión Europea, cualquier ciudadano europeo puede entrar y salir del país sin restricción alguna, con total libertad. Esta es una situación que molesta en su mayoría a los conservadores y nacionalistas británicos, que la ven como una amenaza a su unidad e identidad.

La diputada que fue asesinada, era una conocida partidaria a favor de que Gran Bretaña permaneciese en la Unión Europea, es decir, se encontraba en contra del Brexit y, por lo tanto, a favor de los inmigrantes. Trabajaba en el “Freedom Fund”, una organización anti esclavitud, en sus formas modernas, y en “Bill and Melinda Gates Foundation”, como afirma el diario “The Atlantic” en un artículo sobre ella.

Su atacante, Thomas Mair, se identificó a sí mismo ante la Corte de Justicia bajo el nombre “Muerte a los traidores, Libertad para Gran Bretaña”, como se afirmó en un artículo en CNN publicado el sábado 18 de junio.

Esto nos lleva a concluir que este hombre se encontraba radicalmente a favor del Brexit. Era un nacionalista extremo que asesinó a una persona por su ideología. Esta es una posición igual de reprobable que la de los musulmanes radicales, pero por lo visto no es exclusiva de este pueblo.

 

Francisco Ambrosini
Tercero de Bachillerato
Club de Periodismo